Días intensos
He vivido unos días llenos de emociones, trabajos y realizaciones, que quiero comentar en este bloj.
Primero, el día de San José, que celebré con gran devoción y participación de feligreses en la parroquia. Nos reunimos después ocho sacerdotes para comer juntos en un restaurante de Villamediana, y en la tarde estuve de excursión con el P. Luis y Sandro en Torre de Cameros. Un día inolvidable, con un sol primaveral y la naturaleza estallando en flores. Recibí también algunos correos de amigos de lejos que me alegraron.
Al día siguiente, viernes 20 de marzo, tuve la visita de mi Obispo, Don Juan José, para confirmar a once jóvenes. La celebración fue muy cuidada y participada. Los jóvenes se confesaron, cantaron, leyeron y se portaron muy correctamente, cosa que les cuesta bastante. Don Juan José estuvo muy contento y me felicitó por lo bien que salió todo y por las mejoras realizadas en la iglesia parroquial. Después estuvo viendo las obras y arreglos de la casa y salones parroquiales. Quedó encantado y me animó a concluirlas lo mejor posible, para utilizarlas en servicio de la pastoral. Espero que esto me sirva cuando tenga que negociar con el ecónomo diocesano, pariente de la familia de los Tacañones.
El sábado 21, participé en la ordenación diaconal de nuestro seminarista diocesano Antonio Arnedo, a quien ayudo en su preparación teológica desde hace unos meses. Fue una celebración preciosa en la capilla del Seminario de Logroño, donde yo me ordené diácono hace treinta y un años, el 18 de marzo. Recordé tantas celebraiones de ordenaciones en los años pasados y recé por todos ante las impresionantes pinturas del abside de esta querida capilla.
El domingo 22 participé también en una concentración de bandas de tambores de las cofradías de Semana Santa, acompañando a mis feligreses, expertos en etas artes. Todo resultó magnífico. Después celebré el día de Seminario con muchas personas que forman la Red de Intercesores por las vocaciones en nuestra diócesis. Presidió los actos Don Juan José y le acompañó el nuevo diácono y los seminaristas y formadores diocesanos. Por cierto, que el seminarista menor de Villamediana, Edgar, estuvo muy bien ayudando en las celebraciones. Hubo un acto cultural impresionante, oración y adoración, y todo concluyó con una merienda abundante. Pude saludar a muchos antiguos feligreses de Autol, que me alegró muchísimo.
En definitiva, unos intensos días de celebraciones, que me animan a festejar ya a los ordenandos de Sololá, que imagino estarán nerviosos ante la inminencia de su gran día.
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