Recibo con gozo noticias del Seminario de Sololá
Me las envía su rector, P. Julio César. Y se lo agradezco de corazón, pues, no en vano pasé en ese centro de formación veinte años, dejando lo mejor de mi mismo. Por eso creo que a nadie extrañará mi interés, ni que las publique en esta página. Dicen así:
El miércoles siete de enero llegaron los seminaristas para iniciar el año de formación 2009. Para la mayoría era volver al Seminario y para un grupo de 23 jóvenes fue iniciar la etapa de la formación sacerdotal. Qué alegría volver a encontrarnos. Aquí les esperábamos los formadores, un grupo de sacerdotes que ya hace unos años iniciamos en el Seminario la aventura de la formación sacerdotal.
Este año se han unido al equipo formador el P. Víctor Ordóñez, que después de unos años en la Arquidiócesis San Salvador volvió al Seminario y es el Vicerrector. El P. Aurelio Sunún, que estuvo en Tecpán, Chimaltenango, llegó en noviembre y es formador de Introductorio.
Con las directrices del Magisterio y las indicaciones nuestro Obispo, Monseñor Gonzalo, buscaremos que el Seminario sea una continuación en la Iglesia, de la íntima comunidad apostólica formada en torno a Jesús (cfr. Pastores dabo vobis, 60) , un tiempo para “estar con Jesús”. Tenemos para ello un programa de vida espiritual que facilita a cada uno el encuentro con Jesús en la oración personal, comunitaria y litúrgica. Contamos, también, con un programa académico para acercarnos a las materias humanísticas, filosóficas y al estudio de la Sagrada Teología. Finalmente y como una familia que quiere vivir en la alegría viviremos momentos de convivencia, celebraciones, deporte y descanso, disfrutando del hermoso paisaje que nos rodea.
Como siempre nos ayudan en esta tarea los bienhechores y amigos del Seminario que con sus oraciones y aportación económica contribuyen en la formación de los futuros sacerdotes de la Diócesis y de otros lugares. Agradecemos a las “Hijas de Santa María del Corazón de Jesús” que con tanto esmero atienden el Seminario. Este año ha llegado como Superiora del Convento la Madre Ofelia María. Que Dios les pague desde estos comienzos de año.
Cuenten, con mi recuerdo y mi oración diarios por ese querido Seminario, como el más humilde e indigno "amigo del Seminario". Y que Nuestra Señora del Camino les acompañe en su difícil tarea pastoral, más importante que cualquier otra, aunque sea menos reconocida. Y, ojalá no sean tan celosos de su intimidad y compartan también, a través de las modernas técnicas de comunicación, algo de su vida y sus alegrías con los "Amigos del Seminario" de lejos, por ejemplo me gustaría saber: ¿Cuántos antiguos alumnos míos, y de ustedes, por supuesto, se ordenan, por fin, en marzo?. Gracias de antemano, y disculpen por el público atrevimiento. Pero, "ni modo" lograr saber algo, pues no tengo el don de adivinación, ni me gusta consultar pitonisas.
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