In Memoriam: Doña Isabelita de Fuentes

Fue una verdadera madre para los sacerdotes que, habiendo dejado la propia familia, hicimos familia nuestra a la Diócesis de Sololá, entonces pastoreada felizmente por Monseñor Eduardo Fuentes.

Hoy que nos ha dejado, discreta y silenciosamente, le deseo llegue feliz a las bulliciosas puertas del cielo, donde pueda ver de nuevo y disfrutar de su hijo querido: Eduardo.

Los años felices, aquellos años inolvidables de Sololá, permanecen, no solo en la historia pequeña de la institución del Seminario de Sololá, sino en el corazón de todos los que los vivimos... Y los que ya están en el cielo se los llevaron allá, dándoles, sin duda, dimensión de eternidad.

Por ello, gracias, Doña Isabelita. Gracias por sus desvelos por el Seminario y sus formadores. Gracias por sus cuidados cuando enfermábamos, cuando nos cansábamos, cuando necesitábamos un poco de cariño materno. Gracias por sus presencia siempre activa, siempre de apoyo, siempre decidida y animosa. Gracias por ese hijo suyo maravilloso, que fue Monseñor Eduardo, compartido sin envidias con la diócesis y el Seminario. Gracias y que Dios le dé un cielo muy grande, donde quepa y descanse su enorme y amaoroso CORAZON DE MADRE.