ROBOJTIN
Es una maquinita que me cuenta las monedad. Y le puse este nombre en recuerdo de Carlos Cojtín, que con tanta eficacia hacía esta tarea en Sololá.
Gracias a este pequeño robot logro tener al día la contabilidad parroquial, para poder hacer frente a los arreglos de la casa, que estoy realizando.
Por cierto que está quedando preciosa, y ya se nota menos que es vieja. Y eso que aún queda la fachada, que necesita su buen arreglo.
Volviendo a la maquinita-robot, tengo que decir que me admira su eficacia, pues me clasifica ocho tipos, nada menos, de monedas y se programa para que al llegar a cierto número de monedas se detenga y poder así empaquetarlas. Así resulta que una tarea impertinente se ma ha vuelto entretenida.
Ya se ve que las máquinas ayudan y questa menos que mantener a una persona para que realice estos oficios. Pero no dejo de añorar el buen hacer y las atenciones de Carlos Cojtín, que espero siga realizando su labor con eficacia en el Seminario de Sololá. Mientras, yo tendré que conformarme con mi Robojtín.
2 comentarios
CARLOS -
milo -