Concluyó la visita de los seminaristas sololatecos
 
								
				
				Y ya regresaron a su patria, Guatemala.
Ahora nos queda el recuerdo de estos maravillosos días.
Hemos pasado algo de frío y trabajado en serio.
Hicimos más hermosa y expresiva la liturgia parroquial.
Tuvimos que hacer la compra y la comida.
Pero nos reimos, disfrutamos, vimos maravillosos lugares.
Y... recordadmos a tantos amigos comunes a quienes llevamos en el corazón.
Ojalá que al regreso encuentren novedades que les estinmulen a comenzar con ilusión desbordante un nuevo año de formación.
Cuenten, en España, con un amigo.
 
       
		
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MILO -