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Semetabaj Hispano: Espiritualidad, pastoral, cultura y amistad.

Leer libros en estos tiempos de Internet

Leer libros en estos tiempos de Internet

Antonio Basanta en su libro "LEER CONTRA LA NADA" hace un razonado alegato en favor de la lectura de libros en estos tiempos de informática, que no me resisto a compartir. Escribe así:

La irrupción de la electrónica en nuestras vidiad, la extensión de las redes comunicativas, los nuevos soportes en los que la información se traslada aportan sus propios códigos, sus propias prácticas y estrategias, que es necesario conocer para -como ya ocurriera en etapas anteriores-, a su vez, gobernar y usar en la mejor de las formas, con el máximo aprovechamiento.

La cuestión capital no es el enfrentamiento entre lo ya conocido y lo que, por obedecer a reglas distintas, se presenta para algunos como el nuevo apocalipsis. todo lo contrario. Lo realmente importante es saber que a la LECTURA se le pueden sumar nuevas funciones y formas de expresión. Y que nuestro deber es tratar de entender sus normas, su formulación, conocer sus fortalezas y debiliades.

Este pequeño libro nace de esa convicción , de ese esperanzado deseo. Y de un compromiso que es también moral: el de hacer de la LECTURA un "arma cargada de futuro".

Escrito desde la mayor humildad, muy consciente de lo modesto de mi reflexión Leer contra la nada bebe de la sabiduría de tantos otros que me han iluminado en el camino.

De muchos de ellos he recibido historias, geniales pensamientos, anécdotas pletóricas del palpitar de la vida. Y, sobre todo, palabras, palabras, siempre palabras, llegadas tantas veces de los poetas, que, como inagotable manantiar, siguen dando alma a cada uno de mis sueños. (Pág. 13-15)

Internet tiene una capacidad seductora indudable, casi avaslladora, un evidente sentido de gobierno. Y dimensiones colosales.Pero, si así lo queremos, si en ello nos afanamos, la LECTURA, repotenciada, fortalecida por el influjo de ese nuevo medio, le concederá el lugar preciso que le pertenece. Reacomodará su hábitat. Lo hará gobernable.

Internet no es el paraíso. Tampoco el nuevo ángel exterminador... O no lo será si realmente nosotros nos comprometemos a lograr la más favorecedor y razonable de las convivencias. (pág. 128)

No se trara de caer rendidos a los pies de internet, sino de consider sus indudables ventajas. Y sus servidumbres.

Sigo escribiendo a mano los textos más íntimos, la correspondencia más personal, pero cuánto tengo que agradecer a la informática y a internet lo mucho que me han ayudado a componer este y otros muchos de mis escritos.

Es precisamente por esa capacidad extraordinarioa que internet posee por lo que cada día soy más celoso en mis consultas, más estricto en el contraste de lo encontrado, más propicio a aquellas fuentes que me proporcionan la máxima fiabilidad. Reforzar nuestras cautelas críticas es fundamental para llevar el timón en internet. Y esa es una tarea que requiere de adiestramiento, de guía, también de tiempo, perseverancia y esfuerzo, ya que una cosa es estar en la nube y otra, bien distinta, estar en las nubes.

Internet es el espejo de la realidad, fragmentado en mil pedazos. A nosotros nos corresponde recomponer su unidad. Porque sólo así pasaremos del dato al conocimiento y, de este, al saber, que siempre es "averiguación, pesquisa y prudencia". (Pág. 129-130)

Ninguna revolución cultural ha significiado pérdidas lamentables o asusencias definitivas. todo lo contrario: siempre hemos sido capaces de conservar lo mejor de lo conocido y lo optimo de lo que llega con la energía de lo nuevo y lo distinto. Vivir, a la postre, es conectar. Y esa capacidad nos distingue especialmente a los humanos. Nos ha permitido las mayores prezas. Y nos concederá ahora, con mirada larga y ecuánime, el mejor de los futuros. (Pág, 132)

Explicando le sinodalidad que quisiera para mi parroquia

Explicando le sinodalidad que quisiera para mi parroquia

Pensando en la sinodalidad, un sugerente poema de León Felipe en su "Antología rota": Voy con las riendas tensas y refrenando el vuelo, porque no es lo que importa llegar solo ni pronto, sino llegar con todos y a tiempo.

"LEER CONTRA LA NADA"

"LEER CONTRA LA NADA"

UN LIBRO QE ENSEÑA A GUSTAR EL LEER, Y A NO CONTENTARSE SOLO CON MIRAR:

"Leer no es solo la práctica de una habilidad o el dominio de una destreza. No es sólo una puerta de acceso, un puente entre la información y el conocimiento.  Es algo mucho más profundo y esencial. Leer es una manera de ser y de estar en la vida. Una forma de vivir nunca agena a la emoción, al asombro,  a la sorpresa.  Leer es, también como la vida,  un misterio que se desvela poco a poco, lectura tras lectura... (pag. 47)

Visita y celebración a un colegio en la parroquia

Visita y celebración a un colegio en la parroquia

Hoy celebré a San Vicente de Paul en el Colegio La Milagrosa de Calahorra,  con una representación de alumnos y profesores de forma presencial y transmisión a todo el colegio. Hemos bendecido el comienzo de curso y pedido a San Vicente su protección y ayuda. Una preciosa jornada.

Una interesante película sobre un Santo muy Singular

Una interesante película sobre un Santo muy Singular

Una buena película,  que he tenido la suerte de ver esta tarde en Calahorra, como primicia exclusiva en La Rioja. Muy bien realizada e interpretada y con una visión justa y atrayente del fundador de los MISIONEROS del Corazón Inmaculado de María,  San Antonio María Claret. Con otros tres sacerdotes la hemos disfrutado y apreciado. La recomiendo.

Comienza el curso pastoral, tratando de salir de la pandemia

Comienza el curso pastoral, tratando de salir de la pandemia

Este es el lema y la imagen que nos acompañará en nuestros esfuerzos pastorales en la parroquia.  Espero sea eficaz.

Tendremos etas prioridades:

1. Centralidad de la Palabra de Dios y el Primer Anuncio. Siguiendo un itinerario de lectura creyente de los libros de los profetas. 

2. Sinodalidad y discernimiento. Aportando nuestra contribución a la preparación del Sínodo del año 2023, reflexionando y respondiendo al cuestionario del documento preparatorio.

3.Testimonio cristiano de vida nueva, a la escucha y acompañamiento de las necesidades de la gente.

Un nuevo Obispo para Sololá-Chimaltenango en Guatemala

Un nuevo Obispo para Sololá-Chimaltenango en Guatemala

Con gusto he seguido por Internet la transmisión de una interesante entrevista, para conocer al recién nombrado Obispo de Sololá-Chimaltenango,  Diócesis en la que  trabajé durante veinte gozosos años.Me agrada la sencillez de Monseñor Domingo, su cercanía, disponibilidad y fe. Me sorprendió gratamente su comentario de que esperaba que el Obispo de Sololá-Chimaltenango saldría de entre los sacerdotes de esta Diócesis. Porque muestra la gran consideración que tiene por el Clero sololateco, de los más numerosos de Guatemala y, sin duda, caracterizado por su juventud, madurez, entrega y alegría. Espero que la humildad y generosidad del nuevo Obispo siga estimulando a esos queridos sacerdotes, y a los religiosos y laicos de tan querida Diócesis, para que continúen la fecunda tarea evangelizadora que vienen realizando con tanto fruto. Cuente desde ya con mi oración y estima. Que el santo Cristo de Esquipulas y la Virgen de la Concha lo acompañen y le ayuden en su nueva tarea pastoral en Sololá-Chimaltenango.

Terminando unos días de convivencia sacerdotal visitando al Apóstol Santiago en Compostela

Terminando unos días de convivencia sacerdotal visitando al Apóstol Santiago en Compostela

Dos fiestas en el mismo día: San Pelayo y San Josemaría

Dos fiestas en el mismo día: San Pelayo y San Josemaría

Hoy,  fiesta de San Pelayo en Baños de Río Tobía,  prediqué  del Santo Niño Mártir, que fue bienaventurado con su corta edad y las circunstancias adversas en que vivió. Invitando a los fieles a formarse en la fe, a  adorar a Dios y a evangelizar, par alcanzar, en este tiempo adverso, la misma felicidad que San Pelayo.Por la tarde prediqué en Calahorra sobre San Josemaría por ser hoy también su fiesta. Invitando a  buscar la santidad en los trabajos cotidianos y circunstancias ordinarias, tal y como enseñó a hacerlo este gran santo de nuestro tiempo. Feliz Fiesta!

Preparando el Corpus Christi

Preparando el Corpus Christi

Esta semana todos las parroquias de Calahorra hemos elaborado un interesante programa de actos que nos preparan a la celebración del Corpus Christi. Esperamos se aproveche bien y nos permita celebrar la fiesta con entusiasmo y profundidad.

Una lectura que engancha: "La Divina Comedia" en una nueva versión en castellano

Una lectura que engancha: "La Divina Comedia" en una nueva versión en castellano

Magnífica versión de la Divina Comedia,  que publica la Editorial Acantilado, con una traducción acertadísima, nítida,  exacta y atrayente. Se disfruta el contenido y se aprecia todo el valor literario y poético de la obra original. Me alegra que la Librería Ocho de Logroño se animara a encargarla para atender a mi demanda. Es un gustazo su lectura!

Un texto que hoy me recuerdan en las redes quienes fueron mis alumnos hace años

Un texto que hoy me recuerdan en las redes quienes fueron mis alumnos hace años

LA VIDA SACERDOTAL A LA LUZ DE“PERSONA Y ACCIÓN” DE KAROL WOJTYLA. Ángel María Pascual Pascual

(Un texto que escribí el 2005 en vísperas de mi cumpleaños, 13 de mayo)

Reflexión sobre la vida sacerdotal, como realización personal en libertad
Voy a tratar de aplicar, con un poco de atrevimiento, a la vida sacerdotal, las consideraciones que Karol Wojtyla, Juan Pablo II, hizo en su libro “Persona y acción”. Espero te ayuden, hermano sacerdote, en tu vida ministerial, como ayudan a la mía. Pienso que te permitirán profundizar y asentar tu entrega sobre motivaciones sólidas, que te permitan vivir sin tensiones y feliz.
“Persona y Acción” -afirma el biógrafo de Juan Pablo II, George Weigel- constituye el intento de Karol Wojtyla de proporcionar una versión coherente, intelectualmente sofisticada y pública de la base filosófica de la doctrina del Vaticano II sobre la libertad y su relación con la verdad. Para Wojtyla, era fundamental demostrar filosóficamente que la búsqueda humana del significado se dirige hacia algo que es, objetivamente, bueno. El dinamismo interno de nuestra libertad nos impele, por tanto, a tomar en serio la cuestión de lo que es en realidad bueno, que coincide además con lo verdadero.
“Dedico mis rarísimos momento libes -escribía el propio autor al P. Henri de Lubac- a una labor muy cercana a mi corazón y que se centra en el sentido metafísico y el misterio de la persona. Me parece que el debate se está llevando a cabo hoy en día en ese nivel.
Con “Persona y Acción”, -sigue afirmando Weigel- Karol Wojtyla creó una filosofía plenamente desarrollada de la persona humana en la que entra en diálogo con los lectores. Pese a lo mucho que exige del lector, Persona y Acción es, de hecho, una invitación a una conversación.
La clave de este libro es analizar en detalle las cuestiones filosóficas que implica aunar la más antigua “filosofía del ser” aristotélico tomista con la “filosofía de la conciencia” que había analizado en la tesis sobre Scheler (esto es, entender la relación entre la verdad objetiva de las cosas tal como son y nuestra experiencia subjetiva o personal de esa verdad).
El libro se inicia con una larga y rica introducción en la que Wojtyla reflexiona sobre la naturaleza de la experiencia humana sobre cómo conocen los seres humanos el mundo y la verdad de las cosas. El autor trata entonces de mostrar cómo nuestro pensamiento sobre el mundo y sobre nosotros mismos nos ayuda a entendernos precisamente como personas. Mientras que es cierto que algunas cosas simplemente “me suceden”, tengo otras experiencias en las que sé que estoy tomando una decisión y actuando según ésta. En tales experiencias, llego a conocerme a mí mismo, no como un revoltijo de emociones y percepciones sensoriales, sino como una persona, un sujeto o, según la expresión clásica, la “causa eficiente” de mis acciones. Ciertas cosas no me “suceden” simplemente. Yo soy el sujeto, y no meramente el objeto, de las acciones. Yo hago que las cosas sucedan, porque tomo una decisión y luego actúo libremente de acuerdo con ella. Por tanto, yo soy alguien, no simplemente algo (Testigo de esperanza, 241-243).
Estas explicaciones de George Weigel sobre el libro Persona y Acción, creo yo que se pueden aplicar muy atinadamente a la acción personal que constituye al sacerdote en tal, mediante la ordenación. El “ser ordenado sacerdote” no es algo que “le sucede a uno” inevitablemente, sino algo que uno hace que suceda, porque requiere, para su validez, que uno tome la decisión de ordenarse. Y, después para que la persona se realice como sacerdote, se requiere que la actuación sacerdotal sea libre y no forzada, o realizada mecánicamente. Esta reflexión llevará al sacerdote a procurar actuar, no movido por lo que siente, sino por lo que es, porque solo de ese modo podrá llegar a ser plena y felizmente sacerdote, contribuyendo al mejoramiento del mundo y no a su derrumbe.
En la acción moral -sigue explicando Weigel, a propósito de Persona y Acción-, ese alguien empieza a experimentar su propia trascendencia. Nuestra condición de personas argumenta Karol Wojtyla, está constituido por el hecho de que tengamos libertad, que lleguemos a conocer a través de verdaderos “actos humanos”. Al elegir un acto (pagar una deuda que he contraído libremente) en lugar de otro (no saldar mi deuda), no estoy simplemente respondiendo a condiciones externas (el temor a la cárcel) o a presiones internas (la culpa). Estoy eligiendo libremente lo que es bueno en esa libre elección también estoy ciñéndome a lo que sé que es bueno y verdadero. Y en la libre elección de lo bueno y verdadero, nos sugiere Wojtyla, podemos discernir la trascendencia de la persona humana. Voy más allá de mi mismo, crezco como persona, al comprender mi libertad y ceñirla a lo bueno y verdadero. A través de mi libertad, estrecho el abismo entre la persona que soy y la persona que debo ser.
Aplicar esto a la vida sacerdotal, pienso ayuda a vivir más sacerdotalmente y meno sensualmente. Porque obliga a pensar, a revisar la actuación propia, para ver si lo que la mueve es el auténtico ser sacerdotal, que se realiza en la libre elección de lo bueno y verdadero, no en lo simplemente apetecible. Sería importante plantearse este interrogante a la hora de planificar el trabajo sacerdotal, el descanso sacerdotal, las amistades sacerdotales, las relaciones, etc.
La libertad, según una moderna interpretación -señala a continuación Weigel-, es la autonomía radical: soy un yo porque mi voluntad es el principal punto de referencia para mi elección. Wojtyla no está de acuerdo. El autodominio, y no la autoafirmación, es indicativo de una verdadera libertad humana, asegura. Y yo logro el autodominio no al reprimir o suprimir lo que en mí es natural, sino al canalizar cuidadosa y libremente esos instintos naturales de mente y cuerpo  en acciones que profundicen mi humanidad porque se ajustan a las cosas tal como son. En la acción moral, no en la psiqué o el cuerpo, hallamos el centro de la persona humana, el núcleo de nuestra humanidad, pues es en la acción moral que la mente, el espíritu y el cuerpo llegan a formar la unidad de una persona.
También en la vida sacerdotal el cuerpo y la psiqué son muchas veces guía de actuación, que justificamos como autoafirmación, como libertad. Plantearnos la moralidad del actuar, como se indica en Persona y Acción, lleva al autodominio del cuerpo, de la imaginación, del instinto, y permite actuar sacerdotalmente, en unión personal de mente, espíritu y cuerpo. Esto lleva a no descuidar el cultivo de la mente, pues si se descuidara, sería el instinto, el cuerpo, una parte de nosotros, lo que nos domina, impidiendo la realización de nuestra personalidad de sacerdotes. Por eso, para el presbítero cultivar la mente no es una cosa secundaria y accidental, sino primaria y vital. No se puede olvidar, además, que la fe incide sobre la mente, no sobre el instinto. Y si la mente está atrofiada, inmóvil, la fe infundida, no se desarrollará, ni podrá iluminar el actuar sacerdotal, perdiéndose así el sentido del ministerio.
Weigel añade a continuación que la persona vive en el mundo con muchas otras personas. El libro Persona y Acción concluye, por ello, con un análisis de la acción moral en conjunción con todos esos “otros” que constituyen el campo moral en que nuestra humanidad se comprende y se trasciende a sí misma, o crece. Aquí, la antropología filosófica raya en ética social: ¿Cómo deben las personas libres vivir juntas? Como cabría esperar, Wojtyla asume una postura que va más allá del individualismo y el colectivismo. El individualismo radical supone una visión inadecuada de la persona humana, porque solo crecemos en nuestra propia humanidad a través de la interacción con otros. El colectivismo no es realizable porque despoja a la persona de la libertad, y por tanto de su propia condición de persona. Una vez más, sugiere Wojtyla, la cuestión se plantea mejor en términos que consideren al individuo y el bien común simultáneamente. 
El sacerdote se encuentra a menudo con que esta dimensión de la persona le causa problemas, con los que no había contado al inicio de su vida ministerial. Necesita por ello reflexión, serenidad y soluciones. El libro Persona y Acción ofrece una preciosa orientación al respecto.
Comenta Weigel: Al desarrollar su teoría de la participación Wojtyla analiza cuatro “actitudes” ante la vida en sociedad. Dos son incapaces de alimentar una sociedad verdaderamente humana. El “conformismo” no es auténtico porque implica abandonar la libertad. “Otros” me controlan de tal manera que mi ser se pierde en el proceso. La “no participación” tampoco es auténtica, porque es solipsista. El desligarme de los “otros” da como resultado final la implosión de mi ser. La “oposición” (o lo que podría llamarse “resistencia”) puede suponer un enfoque auténtico de la vida en sociedad, si implica resistencia ante costumbres o leyes injustas con vistas a liberar la plena humanidad de otros. También está la “solidaridad”, la principal actitud auténtica hacia la sociedad, en la que la libertad individual se utiliza para servir al bien común, y la comunidad sostiene y soporta a los individuos a medida que se desarrollan hasta adquirir verdadera madurez humana. “es esta actitud -escribe Wojtyla- la que permite al hombre llegar a la plenitud personal al complementar a los otros”.
Al sacerdote se le pide formar parte de un presbiterio, lo que se concreta en una colaboración, a veces demasiado estrecha y sin suficientes delimitaciones, en el trabajo parroquial con otros. Aquí es donde puede ayudar las consideraciones de Persona y Acción. 
Como se indica en esta obra la actitud correcta en el presbiterio y en la vida parroquial no es el “conformismo” que supondría abandonar la libertad para entregarse a lo rutinario y esclavizante de hacer simplemente lo que todo el mundo hace o lo que otro indica. La “no participación”, el aislamiento, tampoco sirve porque uno termina “explotando” hacia fuera o “implosionando” por dentro, para terminar en el psicólogo o en el psiquiatra. La “oposición” o la “resistencia” solo caben cuando nos topamos con la injusticia manifiesta, que hay que denunciar ante las instancias pertinentes en vez de hacerla objeto de murmuraciones y chismes, que no solucinan nada. Para ello el presbítero debe apreciar los órganos de gobierno del obispo y pedir la aplicación equitativa de las leyes canónicas, que permiten defenderse y defender. Frecuentemente se desprecian y eso lleva a sentirse indefenso y sin recursos, refugiándose en amistades, a veces demasiado equívocas. Queda pues, como la actitud más adecuada para vivir en el presbiterio, la “solidaridad”. Con ella no se renuncia a la libertad, pero no se piensa tanto en el bien personal, cuanto en le bien común, el servicio de la parroquia y del Evangelio, estando dispuestos a dar explicaciones de los propios actos y a escuchar lo que los demás pueden decir.  Ser solidarios es hacerse, no retorcidos y complicados, sino sencillos. Y no tener una doble vida, fabricada con mentiras que ni uno mismo se cree y que todos terminan conociendo, y que se derrumba, tarde o temprano, arruinado la confianza, la alegría y la felicidad de las personas de bien. Tiene, pues, mucha razón Karol Wojtyla cuando señala que “es esta actitud la que permite al hombre llegar a la plenitud personal al complementar a los otros”. Yo lo aplico al sacerdote, que tiene aquí una maravillosa posibilidad de alcanzar la plenitud sacerdotal, que le permitirá enriquecer al presbiterio y no arruinarlo. Para ello sería bueno examinar a menudo cómo andamos de solidaridad. 
Weigel añade que el primer logro de esta obra singular, Persona y Acción, fue demostrar que una ley del don forma parte de la condición humana. Lo que obliga a empeñarse en la lucha por conseguir que la persona que somos se rinda a la persona que debemos ser. Esa lucha solo puede resolverse mediante la autoentrega. La demostración de Wojtyla de la ley del don de si, puede ser captado por cualquiera lo bastante paciente para desentrañar un argumento filosófico. El segundo logro de Wojtyla como intelectual pastoralmente comprometido fue mostrar que no somos accidentes de la bioquímica o la historia, a la deriva en el cosmos. Podemos, como actores morales, convertirnos en protagonistas, no en objetos (o victimas), del drama de la vida. Se trataba de una demostración revestida de atractivo para aquellos que viven bajo la represión totalitaria y aquellos que están oprimidos por una sensación de anclada en el nihilismo.
Wojtyla llevaría también a cabo una profunda crítica del utilitarismo que impregna la cultura moderna -la tentación de medir a los demás por su utilidad financiera, social, política o sexual para mí-, mediante la demostración del hecho moral de que nuestra relación con la verdad, la bondad y la belleza es la verdadera sustancia de nuestra humanidad. Finalmente, Wojtyla mostraba que aceptar la verdad moral que implicaba la ley del don, no suponía un límite a nuestra libertad o nuestra creatividad. La verdad nos hace libres y nos permite vivir nuestra libertad hacia su objetivo, que es la felicidad.
Aplicado todo esto a la vida sacerdotal, los presbíteros podemos ser felices, muy felices, si no hacemos cálculos utilitarios para ver cómo trabajamos menos y descansamos más, si no estamos pendientes de nuestros derechos, sino siempre dispuestos a sacrificarnos, a presentarnos voluntarios, a darnos al ministerio. Nos sentiremos protagonistas de nuestro destino y disfrutaremos cada instante, cada servicio, cada trabajo. Y estaremos en lo que estamos, sin angustiarnos por descansar, por divertirnos, por beber, por viajar, por gozar… porque hallaremos satisfacción en leer, predicar, rezar, hacer grata nuestra compañía a los otros, o dormir en la casa, reposando solo en Dios, sin añoranzas. Y el descanso nos servirá para seguir trabajando sin tregua y llegar a ser la persona que se espera seamos, el sacerdote que hoy necesita el mundo para un verdadero cambio a mejor. Un cambio que lo salve. 
Los afanes pastorales, legítimos y siempre estimulantes, no deben ahogar los intelectuales, para no caer en un activismo que acaba vaciando y desencantando al presbítero. Estas reflexiones, que aquí concluyen, del gran pastor y padre Karol Wojtyla, Juan Pablo II, pueden ayudarte, hermano sacerdote, como me ayudan a mí, a plantearme el sentido de mis actuaciones sacerdotales. Son puro activismo alienante, si no las encauzo a diario hacia el bien y la verdad, que se me muestran en la reflexión, el estudio y la oración, que procuro cuidar como el primer y fundamental compromiso pastoral. Dios no me pide para ello horas, me piden momentos, me pide atención y me pide empeño. ¿Se lo puedo negar a Él, que me ha entregado su vida entera?
Ángel María Pascual Pascual, Año de la Eucaristía 2005.

La Divina Comedia de Dante

La Divina Comedia de Dante

"Nel mezzo del cammin di nostra vita". A la mitad del camino de nuestra vida me encontré en una selva oscura, porque había perdido la buena senda...Así comienza el dantesco relato de la Divina Comedia, que hace visible con sublimes palabras lo invisible e inexpresable. Apasionante!

Quinto domingo de Pascu: Unidos a Cristo como el sarmiento a la vid

Quinto domingo de Pascu: Unidos a Cristo como el sarmiento a la vid

Siguiendo al Buen Pastor

Siguiendo al Buen Pastor

Sin detenerme por nada voy siguiendo al Buen Pastor y vivo cada jornada siguiendo al Pueblo de Dios. 

Domingo del Buen Pastor

Domingo del Buen Pastor

“El Buen Pastor da la vida por las ovejas”.Cristo, Buen Pastor, nos ama hasta dar la vida por no-sotros. Con la seguridad de ser amados nos lanzamos los creyentes a sanar la corrupción de este mundo con la me-dicina del Evangelio. Pero ¿cómo lograrlo sin la necesaria fuerza de choque que son las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada? Hoy es la jornada mundial de oración por todas ellas. Pidamos al Buen Pastor que su llamada vocacional sea acogida por jóvenes valientes, que cuen-ten con el apoyo de todos. Así podrá cumplir el Señor su promesa: “Os daré pastores según mi corazón” ¡Los nece-sitamos!

La Resurrección de Cristo esperanza nuestra y alegría nuestra

La Resurrección de Cristo esperanza nuestra y alegría nuestra

Días intensos y alegres de ka Pascua de Resurrección

Días intensos y alegres de ka Pascua de Resurrección

Viernes Santo

Viernes Santo

Con devoción y atenta participación, completando el aforo de la iglesia parroquial de los Martires, hemos celebrado la liturgia de la Muerte del Señor y venerado su Santa Cruz. Haciendo esta consideración:Tres palabras nos golpean esta tarde a los aquí reunidos: MIRAD, APRENDED, RENACED.1. Mirad y admirad al que traspasaron vuestras iniquidades. Mirad y admirad el árbol de la Cruz, donde estuvo clavada la salvación del mundo.2. Aprended lo que Cristo aprendió sufriendo: a obedecer. No a escurrir el hombro. 3. Y renaced con la Iglesia, nacida del costado de Cristo, dormido en la Cruz. Lo necesita nuestra sociedad de fe adormilada o muerta. Y nosotros inmersos en ella. Renacer con la fuerza de los Martires, de los campeones de la fe. Con mucha humildad pero con toda la fuerza del Resucitado.

Jueves Santo

Jueves Santo

Jueves Santo en la Cena del Señor. Gran celebración parroquial, concelebrada por los cuatro sacerdotes del equipo;  con dos acólitos, uno de ellos recién instituido, y con una nutrida presencia de fieles, respetando el aforo permitido. En la homilía he señalado lo siguiente:"Habiendo Jesús amado a los suyos, que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo". Enriqueciéndonos con un testamento, en el que nos legó: SU CARIDAD; LA EUCARISTÍA Y EL SACERDOCIO.Su caridad nos capacita para querer y servir, aunque nos cueste.La Eucaristía nos alimenta y fortalece, pues es fruto de su entrega hasta la muerte: carne sacrificada, sangre derramada.El Sacerdocio, nos lo hace presente perdonando, predicando, santificando.¡Somos ricos herederos. Qué gozo por tal herencia. Administremosla bien, disfrutemosla y no la malgastemos.