Sorpresiva y muy emotiva llamada telefónica
Se trata de la llamada de un viejo amigo sacerdote de Sololá, el P. Marco Antonio Figueroa. Hoy me llamó desde Roma y ha sido como revivir un tiempo feliz y añorado. La sorpresa me ha obstaculizado obrar con coherencia y me ha costado reaccionar. Un verdadero gusto. Espero culmine bien estos días de reciclaje en la Ciudad Eterna ¡Feliz regreso, P. Maco!
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