San Blas, santo protector
Cuenta una tradición piadosa sobre San Blas, que cuando le llevaban preso a la ciudad de Sebaste en Armenia (actual Turquía), una mujer se acercó con un niño con una espina atragantada, y le pidio al santo lo salvase. Este le impuso las manos y el niño arrojó la espina. En la imagen, la talla que se venera en Viveiro, Lugo, donde el niño se agarra la garganta y hasta encoge el pie de dolor, pidiendo la ayuda del santo. La imagen de mi parroquia no tiene al niño, pero sí representa al santo con todos sus atributos de Obispo.
En Villamediana lo hemos celebrado hoy, en su fiesta con gran participación de fieles en la misa de la mañana y de la tarde, a las que han traído, como es costumbre, alimentos (sobre todo deliciosas rosquillas, que he podido degustar) para bendecir y compartir, en honor del santo y para obtener su protección.
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