Un saludo cordial, padre Ángel María, de su amigo Francisco Méndez: lo quiero mucho, y agradezco todo el tiempo que me dedicó, sé que Dios los puso en mi camino, como en el de muchos de mis compañeros que como yo le agradecen su amistad. Le pido que me tenga presente, a mí y a mi familia, al celebrar la Eucaristía.
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Alberto Méndez -