Culminación de una obra sobre formación sacerdotal
Esta semana, más ligera en trabajos parroquiales, he concluído una pequeña obra, en seis tomitos, que lleva por título "Hacia el Presbiterado". Me faltaba el último, que estaba casi acabado, pero necesitaba completarlo, revisarlo y publicarlo. Por fin llegó su hora. No lo doy a la imprenta, sino que lo compartiré en la red y fotocopiado. Así lo prologaba hace ya siete años, pensando publicarlo entonces:
A los sacerdotes, que llevan ahora mismo el peso de la jornada y a los futuros sacerdotes, que quisieran ayudar y, en ocasiones, se frustran porque tienen que contentarse con prepararse para poder hacerlo más tarde, quiero ofrecerles un material que les puede ayudar. Encontrarán en él estímulo y aliento para una tarea poco agradable, lenta y pesada: la formación intelectual. Y también, razones para no decaer en ella, a pesar de que cueste.
Llevo varios años recopilando este material, que completa la serie de libritos que he dedicado a la formación sacerdotal.
Lo presento en este año 2006, en que se cumple el primer aniversario de la marcha al cielo del inolvidable Juan Pablo II, que tanto contribuyó a su fomento, y que tan buen ejemplo nos dejó, en este campo de la formación intelectual como en otros. También quiero mencionar a su sucesor, el Papa Benedicto XVI, felizmente reinante, tan magnífico intelectual y tan extraordinario pastor.
Con tan buenas recomendaciones y ejemplos sería imperdonable, amable lector, que no te entusiasme lo que a continuación he recopilado y ordenado para ti. Cuento, pues, con que lo aproveches y llegues a ser un sabio teólogo, que pastoree con caridad y santifique con su vida santa.
Sololá, 17 de junio de 2006, aniversario vigésimo octavo de mi ordenación sacerdotal. Ángel Mª Pascual
Ocho años después lo doy a luz sin querer añadir nada a este prologo, para que no se note demasiado el paso del tiempo. Y lo hago con la satisfacción y alegría que da poner la última piedra, pensando que siempre habrá alguien que se beneficie del trabajo realizado. Y, si no lo hubiere, creo que sirvió al menos para mi enriquecimiento intelectual, que ya es mucho.
Suman un total de ochenta y cuatro hojas. Hubiera necesitado algunas más, pero creo que son las esenciales para motivar, siguiendo el Magisterio eclesial, los afanes intelectuales sacerdotales.
2 comentarios
Angel Mª Pascual -
pronto. Ánimo también en tus tareas parroquiales.
Julio César -