Una fiesta para el recuerdo y el afecto sacerdotal: el Domingo del Buen Pastor
Con gran ilusión vengo celebrando desde hace, al menos quince años, el Domingo del buen Pastor: Un domingo para disfrutar con el oficio pastoral, para sentirse arropados por quienes son confiados a nuestro cuidado sacerdotal, y para pedir que los que sepreparan para ser pastores del Pueblo de Dios lo hagan con eficacia y gozo.
Un domingo también para pedir vocaciones, ahora que en algunos lugares, escasean. Pedirlas confiados y agradecidos, porque cada vocación es siempre un milagro y un gozo ¡Feliz día del Buen Pastor, amigos!
Para ser el mismo Cristo Dios eterno me llamó y tan claro yo lo he visto que se acabó mi temor.
Las cruces en el camino, el cansancio y el dolor, no oscurecen mi destino ni me enfrían el amor.
Sin detenerme por nada voy siguiendo al Buen Pastor y vivo cada jornada sirviendo al Pueblo de Dios.
Prepararé cada día el alimento mejor: la Sagrada Eucaristía, cuerpo y sangre del Señor.
Ser sacerdote es misterio. Ser sacerdote es misión. Lo he tomado muy en serio y lo vivo con pasión.
Sin detenerme por nada voy siguiendo al Buen Pastor y vivo cada jornada sirviendo al Pueblo de Dios.
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