Mi iglesia parroquial, adornada para la Canonización
En la predicación hablé de los nuevos santos como testigos de Cristo vivo y llagado.
Me encomendé a ellos de corazón y he pedido por mi parroquia y por todas las intenciones que llevo dentro. Con tan buenos intercesores estoy seguro de ser escuchado.
Tras la misa, en la que conté con la magnífica ayuda de seis monaguillos por lo que pude incensar también a los nuevos Santos, he continuado la fiesta con mis compañeros sacerdotes, degustando la comida y la tertulia en la que cada uno fue comentando los alegres sucesos parroquiales de esta fecha feliz e histórica.
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