Economía parroquial austera, solidaria y feliz
La generosidad de mi querida feligresía ha permitido una vez más, también en el año dos mil trece, distribuir con generosidad su desinteresada y voluntaria aportación:
Un cuarto de los ingresos lo hemos gastado en la liturgia, catequesis, formación y mantenimiento del templo parroquial.
Otro cuarto lo gastamos en suministros energéticos como electricidad, gasoil para la calefacción y demás.
Un cuarto más lo hemos empleado en caridad y ayuda a misiones, campaña contra el hambre y demás pobrezas flagrantes.
Y el último cuarto lo enviamos a la Diócesis para que pueda sostenernos a los sacerdotes y atender a necesidades comunes.
¡Gracias por esta generosidad anual que nos mantiene en la parroquia austeros, solidarios y felices!
0 comentarios