Cuatro años como Arcipreste del Iregua
Cuatro años de compartir afanes pastorales, de organizar mensualmente el retiro sacerdotal y lograr sacar adelente pequeñas metas que se nos encomendaron desde el obispado.
Cuatro años en los que aprendí lo dificil que es empujar juntos en la misma dirección, coordinar acciones conjutas y ponerse de acuerdo en temas discutibles y opinables.
Cuatro años de satisfacción por superar diferencias, olvidar discusiones que no van a ninguna parte, y seguir trabajando, ilusionados, en la vida parroquial y en el marco arciprestal.
Cuatro años de ponerle ganas a la hora de rezar con los otros sacerdotes en la mañana del primer lunes de mes; de recorrer, con esos rezos y reuniones, las zonas del Arciprestazgo; de testimoniar que estamos unidos, aunque no pensemos siempre lo mismo.
Cuatro años que la Virgen de Valvanera ha premiado, alegrando con su maternal paseo por nuestros pueblos, nuestros afanes pastorales, nuestros cansancios, y nuestros tímidos proyectos.
¡Años dignos de ser recordados, agradecidos y celebrados!
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