El Papa a los cubanos y también para nosotros
Vale la pena, queridos hermanos, dedicar toda la vida a Cristo, crecer cada día en su amistad y sentirse llamado a anunciar la belleza y bondad de su vida a todos los hombres, nuestros hermanos. Les aliento en su tarea de sembrar el mundo con la Palabra de Dios y de ofrecer a todos el alimento verdadero del cuerpo de Cristo.
Gracias, Santo Padre, por animar a los cubanos y a nosotros a dedicar la vida entera a Jescristo ¡Vale la pena!
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