Amigos cubanos
Recibid al Papa con esperanza y con alegría como se recibe a un amigo que viene a ayudar. Recibidlo con fe porque viene en nombre de Dios. Y, si os dejan, recibidlo con parecido entusiasmo al de los hermanos de México.
Desde aquí os acompaño con la oración y un deseo ferviente de aprovechar su mensaje, porque lo que os diga nos vendrá bien a todos.
Santo Padre, ¡feliz estancia en Cuba!
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