Estimulante y gratificante trabajo ordinario parroquial
Tras los intensos días de la JMJ y el ir y venir de los días posteriores con nuestros visitantes, he retornado con ganas al ordinario trabajo parroquial, siempre reconfortante, siempre estimulante: cáritas, visita a enfermos, el archivo, las cuentas, la programación catequética, la liturgia ordinaria, la oración reposada, la lectura, la comida con los compañeros sacerdotes, el comentario de las novedades, la planificación del nuevo curso... Y, como descanso, regar el huerto parroquial y recolectar ricos higos.
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