Libro encantador para estímulo de perezosos
Lo escribe un peridosta alemán con una agilidad prodigiosa.
Ameno, profundo, claro y breve.
Casi lo he leido íntegro en esta apacible y magnífica tarde de verano.
Lo recomiendo a quienes se van dejando vencer por la pereza intelectual. Porque se van a interesar por las profundidades teológicas y las bellezas dogmáticas casi sin darse cuenta y con un mínimo esfuerzo.
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