5º Domingo de Pascua: los creyentes aportamos esperanza al mundo
En la Eucaristía, Cristo, que es Camino y Verdad, se nos da en alimento que vivifica. Y nos muestra que, ser cristiano no es llenar la mente con ideas luminosas o recorrer caminos extraños, sino encontrarle a Él en persona, que nos quiere tanto que se nos entrega, para que vivamos su vida, tengamos sus mismos sentimientos y participemos de su destino glorioso.
En un mundo mortecino, como el nuestro, los creyentes aportamos ese modo de vida: alegre, esperanzado y con futuro. La tarea no puede ser más atrayente, especialmente para los jóvenes que con ilusión preparan en nuestras parroquias la Jornada Mundial de la Juventud con el Papa. No los dejemos solos. Que los acompañemos con entusiasmo, colaboración y alegría.
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