Martes de carnaval y miércoles de ceniza
Se acaban las máscaras y se impone la cruda verdad. Se queman los ramos secos del domingo de Ramos y queda un montón de ceniza, que nos recuerda una gran verdad: del polvo venimos y al polvo hemos de volver.
Hoy hice fuego en la chimenea de casa con los ramos secos que guardaba del domingo de Ramos del año pasado y ya tengo la ceniza que impondré mañana sobre mi cabeza y la de mis feligreses.
Ojalá que este gesto bíblico y litúrgico nos introduzca en una Cuaresma bien vivida y eficaz. Ojalá que nos preparemos a la Pascua con oración, ayuno y limosna. Ojalá que escuchemos la Palabra paremiante de Dios que nos llama a la conversión. Ojalá que cambiemos nuestras personas y nuestro mundo.
¡Se necesita, lo necesitamos!
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