De nuevo comenzó la catequesis parroquial
Y el bullicio, y la alegría. Los salones parroquiales se quedan pequeños para alojar a los niños que se preparan a la primera comunión y a los jóvenes que recibirán la confirmación. Es un gusto tenerlos de nuevo para poder dar algo que, tal vez hoy no aprecian, pero que será lo que permanezca cuando todo lo demás vaya pasando.
¡Feliz comienzo!
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