Reflexión para este domingo
La página del evangelio de San Lucas, que hoy domingo se lee en la misa, habla con crudeza, intentando conmovernos, del tiempo y de la eternidad.
Advierte que en el momento presente se puede escuchar a Dios y hacerle caso o se le puede desoír y rechazar. Quien lo escucha y le hace caso tiene asegurada una vida feliz: con limitaciones en el tiempo y plena en la eternidad.
El descreimiento materialista desprecia a Dios y termina perjudicando al hombre. Un mundo sin Dios, como ha demostrado la historia reciente, termina siendo un infierno para el propio hombre.
No mirar al cielo no hace percibir mejor las angustias terrenas porque se acaban por ver únicamente las propias. El que se abre a Dios, sin embargo, aprende a encontrarlo en los hermanos, mirándolos cara a cara, y confiando en continuar disfrutando de esa apertura a los otros, viendo, también cara a cara, al mismo Dios.
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