¡Corazón de María, guarda a los sacerdotes!
En el primer día, tras la solemnísima clusura del Año Sacerdotal, celebramos al Inmaculado Corazón de María.
A ese corazón inmaculado me encomiendo y en sus manos pongo a todos los sacerdotes que conozco, a los que hoy se ordenan, a los que esperan ser ordenados y a los que se forman para ser sacerdotes.
¡Corazón Inmaculado de María guardanos en tu regazo!
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