En un día como hoy, hace veintitres años, llegué a Guatemala

Y pasé allá veinte preciosos años, dando lo mejor de mi vida, en el Seminario de Sololá...

Por eso no puedo menos de recordar esta fecha y a todos los grandes amigos, que quedaron allá, con los que compartí esperanzas, afanes y alegrías...

La distancia no ha conseguido alejarnos, pues nos une el recuerdo, el afecto y la ilusión sacerdotal común...

Un aniversario nostálgico, pero feliz... Aunque sigue siendo una pena, que aquello se terminara así...

2 comentarios

[P. Manuel Morales - 02 de febrero de 2010 - 01:23]

Queridos padres, les escribo para agradecerles el tiempo que estuvieron en Sololá. Muchos nos beneficiamos de su ejemplo y de sus enseñanzas. Bendito sea Dios. Quizá lo que pasó sea una bendición, aquí decimos "no hay mal que por bien no venga". Felicidades por sus nuevos éxitos.

[Cesar - 27 de enero de 2010 - 18:48]

Y desde aquellos años se inicio una amistad, primero entre seminaristas y formadores y con el paso de los años ha sido fraternidad sacerdotal.