Carta a los Reyes Magos

Majestades: Como cada año espero con ilusión vuestros regalos, pues desde el día en que encontrateis al Niño Divino en Belén, los discípulos de Jesús, no hemos dejado también de recibir, no precisamente oro incienso y mirra, que fueron para el Niño, sino lo que necesitamos. Pero, aunque lo conocéis bien, pues estais felices con Dios, os gusta que os los pidamos.

Perdonad mi atrevimiento, pero estos son los regalos que espero de vuestras estupendas Majestades:

Primero os pido que me enseñéis a sembrar sin descanso, aunque los frutos tarden y a limpiar con delicadeza y eficacia este campo, a veces, sembrado de sal, sin cansarme demasiado.

O pido también alegría y optimismo: ¡que no falten!

¡Os pido vocaciones, sobre todo, sacerdotales!

Y, finalmente, algún libro interesante y más música para el alma, pues siempre gusta ilustrarse...

Me despido atentemente, agradecido ya de antemano.