Al Santo de la escoba
El glorioso y simpático San Martín de Porres. Me encomiendo en este día de su fiesta.
Que me ayude a concluir la limpieza de los salones parroquiales, él que tanto se lució con la escoba, que alcanzó el cielo.
Al menos, que no me falte la paciencia. Y es que los jóvenes lo dejaron todo sucio y hoy tuve sesión de limpieza. Pero ya brillan de nuevo las salas, listas ya para su pronta inauguración, la próxima semana, si Dios quiere.
¡Ya era hora!
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