Tras la fiesta, lo ordinario

Y, entre otras cosas, lo ordinario supone volver a las obras de la casa parroquial. Ahora estamos viendo cómo construir la tapia que cierra la casa y el jardín.

También estamos preparando el palio para la fiesta del Corpus. Queremos que los varales estén enlazados por unas barritas metálicas, para que el palio caiga recto y sin arrugas. Me ayudan dos jubilados: David y Juan Cruz, que ponen todo su empeño para que el trabajo quede perfecto.

Las catequesis ya terminaron, pero tengo que atender a numerosas parejas que hacen su expediente para casarse y el cursillo prematrimonial.

Entretenido, pues.