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El Sacerdote Don José Boncompte, descanse en paz

El Sacerdote Don José Boncompte, descanse en paz

Acaba de dejarnos, tras ejercer sus últimos años de sacerdocio en el silencio de una larga enfermedad, que lo mantenía junto a la cruz de Jesucristo, haciendonos el bien a quienes le conocíamos.

Nos ha dejado en silencio en este caluroso día de agosto y nos ha legado su afán apostólico, su servicialidad, su alegría, su espiritu laical y sacerdotal, su entusiasmo y su entrega hasta la muerte.

Dios lo acoja en su seno y le premie tanto bien como ha hecho a su alrededor en sus años de trabajo laical y en sus últimos años de ministerio sacerdotal, que vivió siguiendo el ejemplo y las enseñanzas de San Josemaría Escrivá.

Yo lo recuerdo recién ordenado sacerdote, cuando celebró misa solemne en su pueblo natal de Santa Lucía de Ocón, donde ejercía yo mi sacerdocio en aquellos años. Acudía al pueblo con ilusión para la fiesta de la Virgen del Carmen, cuya ermita en Santa Lucía contribuyó a restaurar. 

Cuando regresé a España, tras veinte años en Guatemala, ya estaba él incapacitado y sin poder hablar. Tuve la suerte de visitarlo y salía siempre confortado de estar con él, viéndole compartir la cruz de Cristo. Ahora que se nos ha ido, espero que Dios lo tenga muy alto junto así y que desde el cielo nos ayude, con vocaciones sacerdotales y afán de santidad.

2 comentarios

Angel Mª Pascual -

Efectivamente echaremos en falta la presencia santificadora de tan gran sacerdote como fue Don José. Pero nos sentimos felices porque estará con Dios y con tantas personas santas a las que quiso y que ya estarán en el cielo.

Andrea -

Que raro se nos hace, que no estés celebrando la Misa, siempre has estado en las bodas, los bautizos, las comuniones de la familia.
Que importante has sido en tu familia, cómo nos has ayudado, cuánto nos has querido y qué generoso has sido siempre, incluso en tu enfermedad, quedándote con nosotros todo este tiempo. Pero es que no sólo has sido bueno y generoso con nosotros, has sido un santo con cada persona que se cruzaba en tu camino.
Por eso queremos darte las gracias, por la ilusión y el cariño que transmitías, así como por tu gran labor en el Opus Dei, en el colegio Alcaste y en la Universidad de Navarra.
Nos has enseñado con tu ejemplo muchas cosas, trataremos de preservar y enseñar a los que nos rodean los valores que nos inculcaste.
Te debemos mucho todos. Hasta siempre tío