Día de acompañar a un enfermo

Un sacerdote mayor. He tenido tiempo también para pasear y gozar del campus de la Universidad de Navarra. Bonito día, dando gracias a Dios por el éxito de la operación realizada al enfermo.
Un sacerdote mayor. He tenido tiempo también para pasear y gozar del campus de la Universidad de Navarra. Bonito día, dando gracias a Dios por el éxito de la operación realizada al enfermo.
Me trae esta foto del recordado y querido Monseñor Eduardo Fuentes y de un buen amigo, el P. Bartolomé Calel.
Mi oración y todo mi afecto. Unido a su acción de gracias y pidiendo para él la fidelidad, la alegría y la fecundidad sacerdotal.
Recuerdo con cariño los años de formación compartidos con él, primero como alumno y después como formador y colaborador en Sololá (Guatemala).
Ad multos annos!
Vienen de la canonización en Roma de San Oscar Romero y de regreso a El Salvador. Muy agradecido por la visita y por los recuerdos y proyectos compartidos.Feliz regreso!
No nos hemos podido ver, pero hemos hablado por teléfono. Es una familia amiga de mis años en Guatemala, ha sido bendecida por Dios con un hijo seminarista, una hija religiosa y una sobrina también religiosa. Los tres se forman en España y han venido a visitarlos. Qué alegría me ha dado poder comunicarme con esta familia y saber de esta gran bendición de vocaciones. Los encomiendo y me gozo con ellos.
En la foto, con el hijo seminarista hace unas semanas aquí en Logroño.
Y quiero recordarlo, agradecido, por el ejemplo que me dió durante su vida y el acompañamiento que me sigue prestando ahora que ya no está físicamente entre nosotros: Gracias, Monseñor Eduardo, y que Dios te conceda un cielo muy grande y que nos sigas cuidadando, mientras te canto aquello de: Sonriendo y muy sereno nos dejó el Obispo Eduardo. Como amigo y padre bueno hoy queremos recordarlo
Conocimos a su familia en nuestros años guatemaltecos, y hoy hemos tenido el gusto de encontrarnos y revivir muchos recuerdos.
Esta foto me lo recuerda y a los compañeros con los que compartí tantas alegrías.
Son el P. Emilio y el P. José Ángel, el primero de Chimaltenango y el segundo de Izabal. Se han reencontrado en la capital de Guatemala y me envían esta simpática foto. Siempre es un gusto saber de los buenos amigos. Gracias por el recuerdo y la foto.
Se nos fue cargado de años, tras una vida dedicada en su mayor parte a enseñar teología a la mayoría del actual clero riojano.
Le puso enorme pasión y ganas, pero le tocaron timpos de cambio y confusión en los que no siempre logró un justo equilibrio entre lo nuevo y lo anterior.
Al menos a sus alumnos nos hubiera gustado que sacrificara el fárrago en aras de la claridad. Pero nunca se le podrá negar sus ganas de acertar, ausencia de doblez y gran bondad.
Por ello y por tanto que Dios tendrá en su haber, descanse en paz nuestro siempre estimado profesor Don Abel.
Para que Dios le premie sus desvelos y trabajos y conceda a la Archidiócesis de Guatemala un digno sucesor.
Muy agradecido por el apoyo y afecto que me prodigó a mí y al Seminario de Sololá en los años compartidos. Descanse en paz.
Con un buen grupo de sacerdotes hemos celebrado a Luis Antonio en su cumpleaños. Muchas felicidades!
He concelebrado con él, con mi Obispo Carlos, el Obispo de Soria que perteneció a nuestro prespbiterio y muchos sacerdotes. Hemos celebrado así a la Virgen de la Esperanza, Patrona de la ciudad de Logroño. Y hemos dado gracias a Dios por la dignidad cardenalicia de quien fuera muchos años Obispo de mi diócesis.
Una preciosa celebración, llena de cariño por parte de Don Juan José y por parte de todo el clero y de los fieles. Gracias, Don Juan José, por su visita y por su servicio a la Iglesia.
Con pena despediremos mañana a Jesús Ruiz Bastida, gran deportista de pelota a mano, ganador de trofeos y buen amigo de todo el pueblo. Yo lo recuerdo con afecto por el tiempo que compartí con él, cuando, por su trabajo de albañil, arreglo la casa parroquial en la que vivo. Mi afecto para su querida familia y mi oración confiada por su eterno descanso ¡Descanse en paz!
En su memoria estas letras de agradecimiento y recuerdo. Lo conocí y recibí su enseñanza desde el Seminario Menor. Ayer lo drspedímos en un solemne funeral en Arnedo, donde había nacido. Descanse en paz y que Dios le pague sus enseñanzas y su valioso ejemplo.
Además de mi oración y mi recuerdo, todo mi afecto para el P. Maco en esta gran fiesta de sus 25 años sacerdotales. Imborrable el recuerdo de aquella magna Ordenación, tuya y del P. Fredy, por el recordado Monseñor Eduardo. Que la alegría de ese día y de estos 25 años perdure mucho tiempo en esta vida y por la eternidad. Un abrazo muy fuerte.
¡Le pido de corazón nos cuide, acompañe y fortalezca!
Y por ser amigo, su dolor es también mío. Es amigo de los tiempos de formación sacerdotal que compartimos en Sololá. Me enteré hace un momento de que al dolor natural, que este amigo sufre por la pérdida de su mamá, se añaden las trájicas circunstancias de que la agredieron y la mataron. Imagino el dolor y el desconcierto. Me uno de corazón al amigo, P. Nicolás, sintiendo estar lejos, pero supliendo la distancia con afecto y oración. Un abrazo de dolor compartido, querido P. Nicolás y de esperanza a pesar de todo!