Misioneros de corazón

En este domingo del DOMUND me siento de verdad misionero de corazón, sintonizando con todos los que, lejos de su tierra natal, anuncian por el mundo el evangelio. Rezo por ellos y, unido a mis fleligreses, trato de ayudarles cuanto puedo. Que no decaiga este día misionero.

Cada domingo al participar en la misa, escuchamos la palabra de Dios y oramos y nos fortalecemos con el alimento del cielo  que es Cristo mismo. Ahí está la fuerza que necesitamos para luchar contra los males actuales y para vencer, ahí está nuestra esperanza y la de nuestro mundo.

En este domingo de las misiones apoyemos con una oración y limosna generosa a nuestros misioneros. Ellos dan la batalla en primera fila, nosotros los sostenemos en la retaguardia con la oración y el sacrificio. Así vencemos todos, porque difundir el Evangelio es segura victoria.