Visita a la ermita de la Virgen del Roble
 
								
				
				Hacía días que no subía a la ermita de mi pueblo, Sorzano.
Esta tarde, aprovechando unos rayos de sol que preanuncian la primavera, he llegado hasta allí.
He rezado, he disfrutado del paisaje y he salido confortado.
Como cualquier hijo, también yo necesitaba la presencia de la Madre. Y en la ermita se la siente más cerca, más fuerte y más consoladora.
¡Que tarde más estupenda!
 
       
		
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